contenedores 07 Ene

La cultura de la integración y las empresas ágiles

A medida que ingresan nuevos y revolucionarios agentes al mercado y la tecnología muta drásticamente las expectativas de los clientes, las empresas necesitan -cada vez más- transformar sus planes en ciclos mucho más cortos que antes. Hoy, la capacidad de reacción ante el cambio es muy importante para poder lograr el éxito empresarial.

Gracias a los procesos y las arquitecturas de software modernos, las organizaciones de TI pueden ser más eficientes a la hora de lidiar con este cambio y salir triunfantes al mercado. Existe un marco arquitectónico denominado integración ágil que se traduce en una infraestructura veloz, ya que utiliza la tecnología para respaldar el cambio cultural dentro de los equipos y funciona como la base para la estrategia.

La integración ágil se basa en tres pilares:

  • 1) La integración distribuida: Algunas docenas de patrones de integración de primer nivel reflejan los flujos de datos y el trabajo de la empresa. Cuando estos se implementan en contenedores, puede hacerse a escala y en la ubicación necesarias para aplicaciones y equipos específicos. Reemplaza a la arquitectura centralizada tradicional y permite que los equipos individuales definan e implementen los patrones de integración que necesitan con agilidad.
  • 2) La gestión de API: Las API estables y bien gestionadas tienen un gran impacto en la colaboración entre los equipos, el desarrollo y las operaciones. Éstas agrupan recursos clave en interfaces estables y reutilizables, lo que les permite funcionar como componentes básicos para su reutilización en toda la empresa, con partners y clientes. Se pueden implementar junto con los contenedores en diferentes entornos, para que los usuarios puedan interactuar con diferentes conjuntos de API.
  • 3) Los contenedores: No solo permiten una relación mucho más transparente y colaborativa entre los equipos de infraestructura y de desarrollo, sino también que las integraciones se desarrollen, se prueben y se lancen de forma similar a los proyectos de software, utilizando los métodos de DevOps.

A su vez, los principios ágiles requieren colaboración y adaptabilidad, la gestión de cambios dentro de una infraestructura ágil no debería ser un contrato, sino más bien una colaboración constante. Pero ¿qué probabilidades hay de que su proyecto de TI tenga éxito? En primer lugar, depende de conocer sus criterios de éxito, ¿se trata de que cumpla con las especificaciones, de aumentar su adopción por parte de los clientes o simplemente de lanzarlo al mercado? Para algunos grupos de capacitación en gestión de proyectos tener éxito es completar un proyecto sin salirse del presupuesto, dentro del tiempo estimado y de conformidad con las especificaciones. Pero, en función de esta definición, se estima que el 70 % de los proyectos de TI fracasan.

Aunque, esos números están comenzando a cambiar: una encuesta reciente del “Project Management Institute”*demuestra que son más los proyectos que alcanzan sus metas establecidas en la actualidad, en comparación con los últimos cinco años. Este repunte se atribuye a una alineación más sólida entre los equipos de TI y de negocios, que promueven la colaboración con una visión integral de los problemas y los sistemas y enfoques creativos, resultando en una mejor información sobre la estrategia y las necesidades de los clientes.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que la agilidad es un proceso, no un proyecto. Es muy importante para las empresas poder reaccionar ante los cambios del mercado y, en gran parte, son los sistemas de TI los que deben ofrecer la capacidad de lanzar servicios nuevos o de actualizar los que ya existen con rapidez. Y en este sentido, es fundamental reconsiderar la infraestructura de TI, ya que es la base de los servicios digitales.

Entendiendo el paradigma actual y siendo parte del mercado tecnológico, sabemos que existen sistemas capaces de apoyar a los equipos de TI y facilitar la integración ágil, haciendo que la empresa logre mayor éxito en su desarrollo. Una solución de integración ágil como Red Hat Fuse, con un enfoque distribuido, permite que los equipos implementen servicios integrados donde se necesiten. Además, cuenta con una arquitectura basada en contenedores y centrada en las API que separa los servicios para posibilitar la creación, ampliación e implementación de forma independiente.

*Florentine, Sharon, "IT project success rates finally improving", 27 de febrero de 2017.